Primero: nunca te desvistas del todo porque la semidesnudez es lo que mantiene la expectativa en alza… literalmente. Tanto tu como él se beneficiarán con esta especie de juego de máscaras, que creará un ambiente excitante y juguetón.
Segundo: déjalo mirar todo lo que quiera. Los hombres se fascinan ante una Tigresa arrodillada ante ellos, haciéndole mimos a su amiguito.
Tercero: esta verdad remite a la importancia de todo lo acústico en un encuentro sexual memorable. Desde frases cochinas hasta gemidos y susurros: todo suma. El efecto más potente lo tiene lo que se conoce como “el rugido de la Tigresa”, un alarido tan intenso como liberador que se emite cuando, por ejemplo, están haciendo el perrito y realmente tu nivel de excitación rompe todas las las fronteras conocidas.

En China, en el siglo VI antes de Cristo, floreció una secta, llamada las Tigresas Blancas
Cuarto: habla de la importancia de generar un entorno erótico adecuado, con luces, aromas y texturas que inviten al placer.
Quinto: indica que antes del sexo tienes que generar un ambiente ultra húmedo en tu boca. Por eso se recomienda beber enormes cantidades de leche de soja que, según la doctrina de las Tigresas Blancas, aumenta la producción de líquido en la zona y lo vuelve más espeso. Tu Dragón de Jade va a agradecerte como corresponde.