Las enfermedades de transmisión sexual, también llamadas enfermedades venéreas, constituyen un sector especial en el grupo de infecciones que puede padecer cualquier ser humano, sin importar la edad, raza o preferencia política. Como su nombre lo sugiere, se transmiten a través del contacto sexual entre personas, pero también alguien puede resultar infectado a través de transfusiones de sangre, contacto con jeringas usadas, lactancia materna e incluso una madre infectada podría contagiar a su bebé recién nacido.
¿Pero por qué se les considera especial? Bueno, porque para evitar el contagio el factor decisivo es la responsabilidad y consciencia de cada persona. El método que ha mostrado mayor efectividad es el de la educación y prevención. Si se le enseña a una persona a cuidarse, esta lo hará por su cuenta, y así se protege a sí mismo y a sus próximos amantes.
A veces puede ser difícil sacar el tema en la conversación, pero es la única forma en la que se puede ser preventivo y evitar futuros arrepentimientos. Hay que preguntarse “¿Qué prefiero? ¿Un momento incómodo mientras conversamos o un momento incómodo mientras nos desvestimos?”. Con un poco de comunicación se pueden evitar momentos de angustia y simplemente, permanecer feliz y saludable.
Las ETS son muchas, pero hay sencillos y efectivos métodos que pueden ayudar a estar prevenidos y no está de más comentarlos cuando la situación lo requiera. La medida más efectiva que hay es la abstinencia; pero también la más difícil de aplicar. El método de mayor aceptación y accesibilidad es hacer uso de condones de látex cada vez que se realice el acto sexual. Si se usa un lubricante adicional, se debe asegurar que sea a base de agua, ya que aquellos a base de otras sustancias como derivados del petróleo pueden debilitar y romper el preservativo; tampoco se deben usar condones dobles, y si existen dudas sobre la instalación o uso del producto, basta ver un vídeo en Youtube o buscar información en Internet, es mejor estar completamente preparado para no crear bochornos innecesarios o para evitar maltratar el material y arriesgarse a una posible infección.

Presentación sobre enfermedades venéreas
También es de ayuda evitar compartir toallas y ropa interior, realizarse la prueba del SIDA y vacunarse contra la hepatitis B ya que ambas enfermedades son comúnmente transmitidas a través del sexo. Se puede también evitar el contagio simplemente evitando el contacto genital con áreas de la pareja que presenten irritaciones, verrugas o protuberancias extrañas; si este es el caso, lo más sano es ser consciente y abstenerse de seguir adelante para después sugerirle a la persona que visite un médico o que haga algo al respecto. El escenario puede ser incómodo pero llega un instante en el que hay que enfriar la cabeza y decidir cuál es la opción correcta en el momento correcto; nadie quiere sufrir de una enfermedad que pudo ser evitada fácilmente.
Aunque para la mayoría de las enfermedades venéreas (incluyendo el SIDA, gracias a los últimos avances de la ciencia) ya existe tratamiento, una actitud responsable, cierta estabilidad con los compañeros sexuales y el uso del preservativo constituyen las medidas de preferencia para una vida sexual saludable y productiva. El sexo es parte fundamental de la vida del ser humano y cada uno como ser biológico pensante y evolucionado, puede y debe practicarlo de la forma más segura para cuidarse a sí mismo y a los demás. Basta con estar informado y pensar dos veces antes de cualquier encuentro con un genital extraño.